Desde el ámbito del Arte le preguntamos hoy al Dr. D. Carlos Rodríguez Morales, archivero,
Doctor en Historia del Arte por la Universidad de La Laguna y licenciado en
Ciencias de la Información.
1.-
¿Qué piensa usted sobre la violencia de género? ¿Cómo podría definirla para que
los adolescentes la pudieran entender de forma clara?
La
violencia de género, la agresividad del hombre hacia la mujer por la mera
diferencia de sexo (y todo lo que sobre esta premisa se ha construido) es por
desgracia un mal muy arraigado, sorprendentemente no solo en sociedades poco
desarrolladas sino también en lo que llamamos primer mundo.
2.-
¿Por qué esta violencia se ha extendido por toda Europa (España)? ¿Es un
problema cultural, educativo o económico?
No
sé si este tipo de violencia se ha extendido o lo más correcto sería considerar
que se ha «difundido». Ahora, gracias a los medios de comunicación y a las
redes sociales, sabemos más. Paralelamente, la mujer ha ido perdiendo miedo a
denunciar, de forma que (dejando al margen si hay más o menos violencia de
género en la actualidad), lo que es innegable es que ahora estamos más
informados. Y esta información nos ha hecho saber que en nuestro país un asunto
que se vivía de puertas adentro o se silenciaba cuando era conocido —es decir,
como si no existiera— existe y con un volumen inquietante. En mi opinión,
aunque cada caso tendrá sus particularidades, se trata de un problema que
remite básicamente a un modelo social de superioridad del hombre respecto a la
mujer, un modelo social compartido o transversal, y por eso la violencia de
este tipo aflora en entornos urbanos y rurales, en grupos de diversas formación
cultural, en países aparentemente avanzados. Naturalmente, las circunstancias
culturales, educativas y económicas pueden influir, pero el problema, por
decirlo de alguna forma, está más abajo.
3.-
La violencia de género, ¿está causada por un sector machista de la sociedad o
es el resultado de la propia sumisión de la mujer?
Si,
como expongo, se trata de una manifestación violenta de un modelo social basado
en la desigualdad, requiere en primer lugar de que una parte someta a la otra.
Este modelo ha sido asumido tanto por hombres como por mujeres, así que en ese
«sector machista» habría que incluir a personas de ambos sexos. La sumisión de
la mujer puede ser, en algunos casos, una decisión, digamos, militante: mujeres
que piensan que «deben» ser inferiores a los hombres; es decir, mujeres
machistas. En otros, es la salida, la opción de supervivencia que les queda
debido a la marginación, la agresión y la discriminación.
4.-
¿Qué soluciones adoptaría usted para erradicar la violencia de género?
Es
necesario insistir en el ámbito educativo sobre la igualdad de todos los seres
humanos, dejando al margen su sexo. Y esta formación teórica debe completarse
con experiencias prácticas. Esto, en cuanto al sector de la enseñanza. Pero el
núcleo de este problema está en los ámbitos íntimos: la familia, las relaciones
sentimentales, etc. Quiero confiar en que la educación y la concienciación irán
extendiendo su influencia, pero en estos núcleos más pequeños es más difícil
actuar. A la vez, se tiene que consolidar un nivel de tolerancia cero en medios
de comunicación y redes sociales.
5.-
En realidad, ¿cree que tiene solución?
Me
parece, por desgracia, imposible su erradicación, al menos a corto o medio
plazo. Pero sí me parece posible (y de hecho se está consiguiendo) avanzar en
que los casos se denuncien y los maltratadores resulten condenados.
6.-
La violencia de género, ¿es la epidemia del siglo XXI?
Es
una de ellas, pero por desgracia no la única. No deja de ser una forma de
egoísmo, aunque colectivo (situar como sujeto privilegiado no a un hombre, sino
a todos los hombres). Y este egoísmo
tiene otras manifestaciones letales todavía hoy en todo el mundo.
7.-
¿Cree usted que los jóvenes de hoy en día hacemos lo suficiente para eliminar
esta lacra?
Como
el problema no está resuelto, la respuesta obligada es no. Ni los jóvenes ni
quienes no lo somos tanto hacemos lo suficiente, pues el problema persiste.
Pero sí quiero pensar que cada vez hay más conciencia respecto a este problema.
Iniciativas como ésta son una estimulante muestra, por la que les felicito.
8.-
¿Cómo podríamos tener los jóvenes un papel activo en la erradicación de la
violencia de género? ¿Considera que iniciativas como la nuestra contribuyen de
verdad a prevenir dichas situaciones?
Sí;
los primeros pasos para solucionar un problema son detectarlo, definirlo y
afrontarlo. En este caso, sacar la violencia de género de su ámbito íntimo y
oscuro, poner luz sobre ella contribuye a solucionarlo, sin duda. Es un reto
para todos, personal y colectivamente. Que los jóvenes hablen de esto,
comprendan su injusticia, podrá determinar que eviten someter o ser sometidos y
que estén alertas si ven que sucede en su entorno.
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